Marquesita: Sabores del Sur




Cuando llegué a la Riviera Maya, todo mundo me hablaba de lo maravilloso y sorprendente que resultaba comer una marquesita. Alegando que no podía irme, sin antes haber comido el postre tradicional del Estado de Yucatán. 

Déjenme decirles que hace algunos años, habían instalado un puesto de marquesitas en el Puerto de Veracruz. Siempre que pasaba por el lugar iba con la idea de probar una, sin embargo eso nunca sucedió. Quitaron el puesto, y fue hasta que visité Playa del Carmen que me volví a encontrar con este nombre tan singular. Así que sin duda no me iría sin antes probarlas. 

Pero para todos los que no saben qué es una marquesita, les explicaré brevemente. Es un postre que se ha vuelto una tradición en el Estado de Yucatán, desde hace 102 años, todo esto comenzó por un heladero que viajaba a la capital del estado y que en tiempos de frío vendía los barquillos a 50 centavos. Posterior a ello, comenzó a agregar ingredientes como carne, cajeta o miel dentro del barquillo. Pero aquello no resultó ser un éxito, si no hasta la llegada del queso holandés. 

Y sí, hoy las marquesitas son un completo éxito. Podríamos llamarla La Crepa Yucateca. La gran diferencia, es que este delicioso postre tiene una textura dorada y va enrollada como su fuera un taco dorado. La forma en que se hace es completamente diferente, se utiliza la misma harina, mas la crepa se hace en una plancha y la marquesita en una parrilla de hierro con dos caras que se prensan para que la mezcla quede delgada y ligera en menos tiempo. Luego se rellena con queso de bola. 

Algunos prefieren escoger un relleno diferente, cajeta, nutella o mermelada. Yo opté por probar la de nutella con queso philadelphia, nutella con plátano y la tracional de queso. Sin embargo mi favorita fue la de nutella con queso philadelphia. Y si me dieran a escoger entre una crepa o una marquesita. Diría sin duda que la marquesita, es crujiente, la combinación de sabores es el toque perfecto. Quienes han viajado a la Riviera Maya no me dejara mentir. Es un antojito dulce que se disfruta tantas veces lo comas. Me enamoré de las marquesitas en mi primer visita. 

Nuestro encuentro ocurrió un día tan soleado como caluroso, en el que caminaba con dirección a la quinta avenida. El dulce olor que se impregnaba en el aire, había despertado mi apetito. Sin pensarlo me acerqué y pedí lo que se convertiría en mi adicción.

Es un postre callejero, cien por ciento Mexicano, totalmente adictivo. Que ha sabido combinar lo dulce con salado sin perder los sabores. Un postre que resulta fascinante. Tenía conocimiento de que en el Estado de Veracruz ya no se vendían. Y no me agradaba la idea de no gozar de este postre una vez más. Pero al llegar a tierras veracruzanas, me encontré con un puesto ubicado en un local dentro de un centro comercial que esta localizado en la famosa avenida Ruíz Cortínez. 

Nunca hubiera estado de acuerdo del tener que olvidarme de este postre por un largo tiempo. O hasta que alguien decidiera instalarse en tierras veracruzanas. Es de esos antojitos que no puedes dejar de comer. 

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